El agua

Daniel Rubio Guerrero

Junto a las grandes corrientes telúricas el agua es uno de los elementos que marcan de un modo importante la ubicación adecuada para la construcción de la iglesia.

Siempre que tenemos una iglesia encontraremos en ella agua subterránea, como mínimo una gran corriente en dirección E/O, coincidiendo con el eje principal de la iglesia y que se superpone normalmente a una de los ejes importantes de la red sagrada, siempre dependiendo de la importancia de dicha iglesia. Esta corriente se va a ver cortada en un mínimo de otras dos perpendiculares que cortan el santuario en tres partes, siguiendo el esquema de la construcción de¡ templo de Salomón. Por supuesto dependiendo de la realidad de cada una de las iglesias podremos encontrar varias corrientes más.

Según los trabajos de Jacques Bonvin, "La primera corriente de agua, la que se encuentra más cerca de la puerta Oeste de la iglesia, va a jugar un papel de filtro. Simbólicamente corresponde al atravesamiento del Jordán por el Peregrino. Es un símbolo de purificación en el agua renovada de¡ bautismo.

La Segunda corriente de agua va a tener una función capital. Es la que, sobre el plano de las energías, va a hacer el corte entre taparte telúrica y taparte cósmica de la iglesia.

La última corriente de agua va a marcar el límite entre el Santo de los Santos y el resto de la iglesia, entre las aguas superiores y las aguas de abajo., conforme a la enseñanza del Génesis(1, 7) que distingue "Las aguas que están por encima de¡ firmamento, de aquellas que están por debajo ". (1)

En este sentido la iglesia sería como una gran nave invertida, un gran navío, que surca con su quilla las aguas de¡ cielo.

Observemos como el baptisterio se suele colocar en el nártex en la parte más pesada, más telúrica de la iglesia, allí donde además suele estar la primera corriente de agua subterránea.

Estas corrientes de agua ya las hemos encontrado desde la construcción de los grandes megalitos como menhires y dólmenes. Sabemos que un menhir está construido sobre un cruce como mínimo de dos corrientes de agua subterránea, mientras que el dolmen tiene como mínimo una corriente de agua que lo recorre en su longitud. A veces los dólmenes giran y no hacen más que seguir (a dirección de la corriente. En los menhires nos encontramos a mayor número de vetas de agua una mayor concentración de todas las redes telúricas y cósmicas en dicho punto de intersección.

Sabemos también por los trabajos de Blanche Mertz (2) la existencia de estas aguas subterráneas en las grandes construcciones egipcias, en Teotihuacán, en las grandes construcciones sagradas de toda la humanidad. No existe lugar sagrado sin agua subterránea.

"Hay que subrayar de nuevo la presencia repetida de un agua subterránea en los lugares cumbre. Cada vez se hace más evidente el hecho de que esta sustancia fluida y movediza garantiza una vibración esencial básica y se convierte en un soporte permanente indispensable. La mitología india representa el curso de agua mediante la Serpiente, el Naga, o Naja de siete cabezas que expresa la fecundidad infinita

Es tan importante la existencia de¡ agua, que cuando los maestros por cualquier motivo la necesitan en puntos precisos la canalizan de un modo artificial hacia donde ellos quieren. Suelen utilizar conductos cónicos, que se encajan los unos en los otros bien de teja, o a veces de gres.

Así se ha encontrado en Chartres y en Santiago de Compostela una misma estructura energética compuesta por 14 canalizaciones de agua subterránea que confluyen en un único punto (En el coro en Chartres, detrás justo de la figura de¡ santo en Santiago de Compostela), intersección de todas las corrientes de agua. En la iglesia de Santiago las corrientes de agua están señala en el deambulatorio por la presencia de 14 incrustaciones de mármol negro en el enlosado.

Sin embargo en las reformas realizadas últimamente en la catedral y con la buena intención de resolver cuestiones de humedades, se ha cegado con cemento las canalizaciones realizadas por los maestros canteros, lo que en mi opinión y en la de muchos investigadores de este campo supone una barbaridad, pues rompe todo el esquema de trabajo de los propios maestros canteros, en sus objetivos vibratorios y energéticos. Sería realmente importante tener en cuenta en cualquier tipo de reforma de una iglesia respetar en la medida de lo posible el espíritu que los maestros de obra quisieron dejar en sus obras, para que la iglesia pueda cumplir la función para la que realmente está destinada y no se quede como una mera carcasa de piedra que solo podemos valorar desde las perspectivas artísticas según criterios muy recientes.

Por otro lado cuando los maestros canteros no encuentran agua en una zona que necesitan recurren a la llamada memoria de¡ agua, ellos usan entonces acolchados, o caminos en el subsuelo de cantos rodados de río que llevan dicha memoria del agua, consiguiendo de un modo vibratorio lo que ellos necesitan. Se han encontrado estos lechos de cantos de río en las iglesias de Trie-sur-Baïse, Orcival (en esta solo en parte) o Bois-Sainte-Marief (3).

Bonvin relata una anécdota en su libro sobre la Iglesia románica (4), sobre como el cura Cabrillat de la iglesia de Thuret le ha avisado cuando ha intentado desplazar el altar para responder a las nuevas normas del Vaticano II; ha mirado en la cripta que se encuentra bajo el altar donde se hacían enterrar los monjes y lo que se ha encontrado son guijarros de río.

Además de las marcas ya señaladas podemos encontrar también en la propia arquitectura los signos del agua subterránea. Ocurre por ejemplo con las capillas radiales que encontramos en algunas iglesias, que están en referencia clara a determinadas corrientes de agua naturales o artificiales, y que permiten una repartición de las energías en la iglesia. Así Max Mandar ha encontrado en la iglesia de Courgnon (Auverne) como todas las capillas colaterales están bañadas por una corriente canalizada. Cada una de las corrientes tiene prácticamente la misma profundidad.

En la iglesia de Orcival Bonvin y su equipo han encontrado la corriente de agua que recorre todo el eje central del edifico que ha sido canalizado el agua se encuentra a 27 m. de profundidad. Se divide además en pala de oca a su llegada bajo la piedra del altar y va a bañar las dos capillas radiantes del fondo del edificio. Otras siete corrientes atraviesan igualmente el edificio perpendicularmente a la primera.

Los capiteles también nos pueden dar claves en referencia a la existencia de corrientes de agua subterránea. Figuras marinas como peces, mitológicas como sirenas de una o de dos colas (señalando la existencia de una o dos corrientes de agua subterránea). Las hojas de avellano aliso en los capiteles suelen señalar claramente la existencia de aguas subterráneas cuando no de cruces de las mismas. Para los celtas es el árbol bajo el cuál corrían las fuentes sagradas, considerado como mágico, de madera imputrescible, siempre está asociado a la simbólica del agua. Su madera se ha utilizado para hacer las varillas. El imaginero de la edad media lo ha representado en función de la importancia del lugar en el que se encontraba, es lo que explica porqué nos encontramos a menudo en las iglesias de L' Auvergne piñas, que no corresponden ni al país ni a la tradición. (St. Martín, considera el pino como un árbol demoníaco), son de hecho conos leñosos de vergne, cuya talla ha sido ensanchada para marcar la importancia del agua que pasa por debajo.

Muchas cruces que encontramos en los caminos (en Galicia los famosos cruceiros) señalan muchas veces puntos de agua subterránea, siendo en principio el eje horizontal de la iglesia el que suele dar la dirección de la corriente. En no pocas ocasiones encontramos verdaderos cruces de agua debajo de dichas cruces.

Uno de los temas importantes en relación al agua, viene dado por el pozo, que cumple una función de toma de tierra natural. Es él, el que permite armonizar el lugar derramando el exceso de fuerzas cósmicas y telúricas y preserva así el lugar sagrado. Las fuentes y los pozos al igual que las mareas están sometidos a la influencia de la luna. El agua de las fuerzas frías lunar equilibra las energías calientes y solares del lugar sagrado.

Es importante no confundir este pozo con el llamado pozo druídico, que no ha tenido nunca agua subterránea. Es un amplificador de energías telúricas que va a servir de alguna manera como caja de resonancia de las energías evolutivas. Está alimentado generalmente por lo que se llama el túnel druídico, que tiene por fin llevar las energías a un punto preciso sin causar interferencias con las creadas por el edifico por encima de él. De la misma manera que los canales de la iglesia llevan el agua, o la información del agua, el túnel druídico concentra la energía telúrica en su punto de focalización máximo, a fin de crear un vértice donde se van a reunir todas las energías del cielo y de la tierra.

(1) Iglesia Románica, Lugar de Energía. Para una Geobiología de lo Sagrado "Jacques Bouvin, Paul Trilloux. Dervy, París. 1998

2) MERTZ,B., Pirámides Catedrales, Monasterios', ed.. Martínez Roca, Barcelona, 1987 MERTZ, £., "L'Ame du Lieu', ed., (También:" imagen de las corrientes de agua naturales y artificiales en la Catedral de Chartes")

(3) Noef Maurette ha tenido la confirmación analizando una pequeña capilla de los altos Pirineos, por encima de Eaux-bonnes. Este santuario se encuentra sobre un espolón recoso, donde no hay agua. El agua más próxima es la de Cave 600 m. más abajo. Ahora bien, en su gran estupor, Noel Maurette ha encontrado un cruce de agua en la capilla, mientras que con toda certeza, no había agua y no podía haberla allí. Era igual impensable en la posibilidad de canalizaciones artificiales, puesto que en todos los casos, no habría jamas la menor posibilidad de alimentarlas. El obtuvo la respuesta algunos años más tarde, cuando se rehizo el enlosado de la capilla. Una fosa había sido talla en la misma roca, y había sido rellenada de guijarros de río. LA capilla no tenía pues agua, pero sí la información del agua. (4) MERTZ, B., 'Pirárnides, Catedrales, Monasterios', ed., Martínez Roca. Barcelona, 1987 MERTZ, R, -L'Ame du Lieu ", ed.,

(4) W BONVIN. /., TRILLOUX. P., "Églie Romane. Lieu d'Energie'. "El Agua" Capítulo de Geobiología y Arquitectura Sagrada -Villalcazar de Siga- Junio de 2002,